miércoles, 18 de agosto de 2010

GUIÓN DE "SOLO VINE A HABLAR POR TELÉFONO"


LENGUAJE 1

SOLO VINE PARA HABLAR POR TELEFONO

GUION:

1 INT – CARRO VIEJO – TARDE

María de Luz Cervantes es una mexicana de 27 años, bonita y seria que años antes había tenido un cierto nombre como artista de variedades. Casada con un prestidigitador de salón. Iba manejando, sobre una carretera, un carro alquilado, un poco viejo y destartalado. Fuerte sonido de motor.

2 EXT – CARRETERA – ATARDECER

El sol se ocultaba sobre el oeste, mientras la lluvia empezaba a golpear la calzada de la carretera, María conducía un auto a punto de “avanzada edad” para ir a encontrarse con su esposo. Había salido de Zaragoza, y el motor del carro termina por dañarse. Sonido estrepitoso. Dejando a María bajo merced de la lluvia.

3 EXT - CARRETERA – ANOCHECER

María, sola bajo la pequeña tempestad, después de varios intentos por parar un carro, logra que un autobús, que había sucumbido al pasar de los años, se detenga. Sonido de motor estrépito y aire comprimido escapando.

- ¿Qué sucede señorita?– Preguntó el conductor del autobús.

-¡Necesito su ayuda! ¿Podría darme un aventón?– Dijo María.

-Pero no ir muy lejos de aquí– Dijo el conductor del autobús.

-¡No importa! Lo único que necesito es un teléfono –Contestó María.

4 INT – AUTOBUS - ANOCHECER

María accede subir al bus, mojada hasta sus interiores, debido a la lluvia que había caído; una mujer de aspecto militar pero a su vez dulce le tiende una toalla y la invito a sentarse a lado de ella, luego de “escurrirse” un poco, María intenta encender un cigarrillo, pero se topo con la noticia que además de arruinar su ropa, la lluvia había acabado con sus fósforos, pero para suerte de ella la mujer junto a ella le presta unos

-Hola, estas muy mojada ¡Ten! Puedes secarte con esta toalla y abrigarte con esta manta– Dijo una mujer en el bus.

-Muchas gracias. Ya sentía que me estaba resfriando– Contesto María.

-Puedes sentarte aquí a mi lado si deseas– Dijo la mujer del autobús.

-Que amable. Gracias– Contesto María mientras se sentaba y se abrigaba con la manta.

-María saca un cigarrillo y cuando lo intenta encender murmura –Que mala suerte todos los fósforos se mojaron con la lluvia-

-Tengo fósforos, ¿Puedes regalarme un cigarrillo? – Dice la mujer del autobús.

-Si no te preocupes, ten– Respondió María.

-Y bueno cuéntame, ¿Qué fue lo que te sucedió?– Pregunta la mujer.

-Iba en mi automóvil de camino de camino a un encuentro con mi esposo pero se averió y ahora no tengo como avisarle que no podré llegar a tiempo. ¡Qué mala suerte! – Exclamo María.

-Baja un poco la voz, están dormidas– Murmuró la mujer mientras miraba hacia la parte de atrás del autobús.

María un poco confundía, voltea la mirada sobre su hombro muy lentamente, y encuentra que, en los asientos que se encontraban atrás de ella, había mujeres de edades inciertas y aspecto un poco nauseabundo y demente.

-¿Todas van al mismo lugar? – Pregunta María.

-Sí– Contesta la mujer.

-Qué raro. Todas lleven una manta similar a la que tengo– Murmuró María.

María, con un gesto de incertidumbre y restándole importancia a lo que había acabado de ver, logra acurrucarse en su pedazo de asiento, tratando de recuperarse de su pesado día.

5 INT – MANICOMIO –NOCHE

Sonido frenos de un bus. El autobús había entrado a una especie de patio, donde parecía que el tiempo se detiene, dejando un ambiente lúgubre con lámparas que titilaban de miedo al ver que los arboles dominaban el patio y las piedras adornaban su fachada. María, volviendo en tiempo y espacio se dispuso a bajar del autobús, desconociendo en donde se encontraba

-¿Dónde estamos? – Pregunta María.

-Hemos llegamos– Responde la mujer.

-Entonces creo que debo de quedarme aquí, ¿Habrá un teléfono? – Preguntó María.

-Por supuesto –dijo la mujer-. Ahí mismo le indican.

-Ok, gracias por tu ayuda- Dijo María. CONTINUA

-De nada, solo te pediré un pequeñísimo favor, ¿Podrías obsequiarme otro cigarrillo? – Preguntó la mujer.

-Claro, ten lo que queda de mi cajetilla. Esta mojada pero se secará- Dijo María.

-Sí, que amable de tu parte gracias- respondió la mujer

-No te preocupes. Bueno gracias por tu manta, creo que es hora de devolvértela- Dijo María.

-Mejor llévala contigo para que te cubras de la lluvia al bajar el bus- Respondió la mujer.

-Ok, adiós- se despidió María mientras se bajaba del autobús.

-¡Suerte!- Exclamo la mujer mientras el autobús toma marcha.

María bajo su manta blanca, salió corriendo cual espanto corre del bien al ver que este lo sigue, pero se topa con una pared de carne y hueso, una mujer de gran estatura, cuerpo descomunal y ojos que destilaban maldad, que la intenta detener

-¡Alto he dicho! Debes de unirte a la fila– Dice una guardiana.

María siguió a las mujeres que estaban en la fila, todas vestidas de blanco, una tras otra, avanzaban como ovejas en un rebaño, esperando que el destino la lleve a un teléfono.

-Necesito un teléfono- Le dice María al portero mientras una de las guardianas nota se ha separado de la fila.

-Por aquí, guapa, por aquí hay un teléfono- Dice con modos dulces la guardiana mientras da suaves palmadas en su espalda.

6 INT – CUARTO – NOCHE

La noche, que consigo traía a su gran amigo, el miedo, empezaba a apoderarse de un cuarto de sabanas, que supuestamente deberían ser blancas, pero el descuido las había manchado, María avanzaba entre las “ovejas” de la fila hasta llegar al final de esta.

-Hey tu. ¿Por qué no traes tu identificación en tu corpiño? – Pregunta la mujer de la lista

-Es que yo solo vine a hablar por teléfono, lo que pasa es que mi automóvil se descompuso en la carretera y mi esposo me está esperando en Barcelona para cumplir tres compromisos hasta la media noche así que debo de avisarle de mi retraso urgentemente ya no quiero que cancele todo por mi- Le dijo María

-¿Cómo te llamas? – Pregunto la mujer de la lista.

-Me llamo María Cervantes- Respondió María. CONTINUA

-¿Y ésta? – Pregunta la mujer de la lista a una de las guardianas sin lograr respuesta alguna.

-Es que yo solo vine a hablar por teléfono- Reitera María.

-De acuerdo. Si te portas bien podrás hablar por teléfono con quien tú quieras. Pero ahora no, mañana- Dice la superiora mientras la lleva a su cama con inmensa dulzura.

-María sale corriendo y grita- Esto es un manicomio yo no estoy loca-

No existía suplica alguna que pudiera ablandar el corazón de piedra de herculina, María tan solo se resigno a seguir a las “ovejas” hasta terminar la fila, recostarse en una pútrida cama de demente y dormir con la ayuda de sedantes.

7 INT – CUARTO – DIA

No sabía cuánto tiempo había pasado, ni que día estaban, María no tenía idea de horarios ni tiempo; al alzar la mirada se topo con un anciano de gran porte y mirada preponderante, el doctor del sanatorio.

-Aprovecha ahora para llorar cuanto quieras- Le dijo el médico con voz adormecedora.

-Estoy desesperada ya no se qué hacer, he pasado lo peor de mi vida y ahora no tengo como salir de este lio, lo que más deseo es un teléfono para llamar a mi esposo- Dijo María.

-Todavía no, reina. Todo se hará a su tiempo, confía en mí- Contesto el doctor y se fué.

8 EXT – CALLES – DIA

Cambio de escena

Sonido de zapatos. Suspiros de un señor.

Saturno “El mago”, esposo de María, intento por varios días encontrar a su mujer, busco por cielo y mas, llamando hasta los que una vez, conciliaron y compartieron el sueño de su mujer. Resignado a que su esposa se había ido en silencio, dejando atrás a quien un día fue el hombre que la llevo al altar, una llamada sorpresa le levanto la esperanza. Teléfono sonando

-Si buenas tardes estoy llamando de la compañía de seguros porque necesito comunicarme con la señora María Cervantes- Dijo la operadora.

-No sé nada de ella, búsquenla en Zaragoza- Respondió Saturno groseramente.

-Señor es urgente, lo que pasa es que encontramos en automóvil de la Sra. Cervantes en un atajo cerca de Cádiz.

-Saturno se quedo mudo y colgó- CONTINUA

Solo así Saturno pudo entender que al dejar las llaves en el carro, algo malo había sucedido a María, corrió cual gacela huye de un guepardo a llamar a todos los números que se encontraban en la guía, pero sin obtener resultados.

9 INT – MANICOMIO – DIA

María aun no se acostumbraba a su vida de ser una seudo-demente, sus ansias solo eran calmadas con el sorbo de nicotina del cigarrillo, los cuales se los vendía una enfermera a precio de oro. Un sonido de campanilla la hizo volver en sí del letargo en el cual se encontraba y le recordó cual era el motivo por el cual había sido encerrada, un teléfono. Teléfono sonando. María corrió a toda prisa en busca del teléfono, marco de manera centellante el número de su casa y espero a que Saturno conteste.

-¿Bueno? – Contesto Saturno.

-Conejo vida mía, eres tú- Suspiró María

-Puta- Fue lo único que dijo Saturno antes de colgar en seco.

María corrió centellante por los corredores de la prisión de dementes, enfrentándose como un guerrero, a todas las enfermeras que intentaron frenarla y no pudieron, pero el destino hizo que la gran Herculina, cuya fuerza bruta fue suficiente para acabar con las fuerzas de María, pero para que esta dejara de moverse, le inyecto trementina paralizando sus piernas, un acto considerado inhumano.

-Quiero que le lleves un mensaje a mi marido- Dijo María.

-Está bien pero si algún día se sabe del trato que tenemos te mueres- Respondió Herculina.

10 INT – MANICOMIO – DIA

Saturno había encontrado a su desaparecido amor promiscuo, en un cuarto sola, vacía y atada, como si 100 años habían caído sobre ella en tan poco tiempo.

-¿Cómo supo del paradero de su esposa? – Pregunto el doctor a Saturno.

-La compañía de seguros me lo informo- Respondió Saturno mintiendo para proteger a la guardiana.

-No sé como hacen los seguros para saberlo todo- Asintió complacido el doctor y concluyó. –Lo único cierto es la gravedad de su estado-

-Yo podre autorizarle una visita a su esposa siempre y cuando me prometa tomar las precauciones debidas, sobre todo en la manera de tratarla ya que queremos evitar que recaiga en uno de sus arrebatos que cada vez son más frecuentes y peligrosos- Dijo el doctor.

-Es raro, siempre fue de genio fuerte, pero de mucho dominio- Enfatizo Saturno. CONTINUA

-Hay conductas que permanecen latentes durante años, y un día estallan- Dijo el doctor –Con todo, es una suerte q haya caído por aquí, porque somos especialistas en casos que requieren mano dura-

-Ella tiene una rara obsesión por un teléfono, sígale la corriente- Advirtió el doctor.

-Tranquilo doctor- dijo Saturno con un aire alegre-. Es mi especialidad y fue en busca de su amada.

-¿Cómo te sientes?- Pregunto Saturno a María.

-Feliz de que al fin hayas venido, conejo, esto ha sido la muerte- Respondió María.

-¿Pero que ha sucedido cuéntame?- Pregunto Saturno

-Esto ha sido un infierno, la comida es como para perros, las guardianas son inhumanas y abusan de los internos. Ya no sé ni cuánto tiempo llevo aquí metida, no sé si meses o años pro se que cada uno ha sido peor que el otro. Creo q nunca volveré a ser la misma- Le contaba María a Saturno.

-Ahora ya todo eso pasó, yo seguiré viniendo todos los sábados si el director me lo permite. Ya verás que todo va a salir muy bien- Dijo Saturno.

-¡Por Dios conejos no me digas que tu también crees que estoy loca!- Exclamó María.

-¡Como se te ocurre!- Dijo él, tratando de reír- Lo que pasa es que será mucho más conveniente para todos que sigas un tiempo aquí. En mejores condiciones, por supuesto.

-¡Pero si ya te dije que solo vine a hablar por teléfono!- Dijo María mientras gritaba como una loca.

Herculina le aplico una llave a María y la sedó mientras le grito a Saturno – ¡Váyase!-

Desde ese entonces María quedo sola y convencida de su demencia y no se supo mas de Saturno, que al igual que hacía con sus pañuelos, desapareció en las sombras del olvido.

FIN

GINO VELÁSQUEZ

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