miércoles, 18 de agosto de 2010

GUION LA ANCIANA INDIGNA

La anciana indigna

Escena 1 – Muerte del esposo
Era una mujer pequeña y delgada con los ojos vivarachos pero con una manera de hablar pausada y serena, que siempre se preocupo mucho por atender su hogar. Cuando ella tenía setenta y dos años se murió su esposo.

Escena 2 – Rechazo de la anciana a sus hijos
A raíz de la muerte del esposo los hijos comenzaron a escribirle cartas para tratar de encontrar una solución.
Hijo 1
Mamá, yo te puedo recibir en
mi casa sin ningún problema

Anciana
No hijo gracias,
prefiero quedarme en casa.

Impresor
Mamá,
entonces yo me mudo con toda
mi familia a tu casa y así te hacemos compañía

Anciana
No gracias,
yo quiero vivir sola en esta casa!

Hijo 1
Ya mamá, entonces déjanos
ayudarte económicamente con algo…

Anciana
Bueno acepto, pero solo a los que tengan condición de ofrecerla,
Porque hay muchas deudas que pagara y la venta del taller de su padre no reporto nada la verdad.


Hijo 1
Impresor, ya que tu vives en la misma ciudad,
tú te encargaras de cuidar a mama y de avisarnos cualquier actividad de ella.

Impresor
Si.. Yo les aviso de todo lo que ocurra.


Escena 3 – Primer informe sobre la anciana

La anciana decide ir a un lugar no habitual para ella, ya que ir al cine era para adolecentes.

Impresor
(preocupado)
No entiendo que le pasa a mamá, primero me rechaza de su casa,
Ya no invita a nadie y ahora se le ha ocurrido ir al cine sola.

Hijo 1
¿Y que tiene de malo el cine?

Impresor
Tu sabes que al cine solo van adolecentes o parejas en busca de oscuridad..
El hecho que vaya una anciana sola llama mucho la atención.

Hijo 1
(desconcertado)
Que desagradable noticia la que me has dado.
¿Qué más ha hecho?

Impresor
Ella ya no acude a las tertulias locales y vive metida en el taller del zapatero

Hijo 1
(sorprendido)
¿Qué taller?

Impresor
Es un taller que queda en una calle pobre y de mala fama, solo va gente no respetable..
Esas amistades no le convienen a mamá.

Hijo 1
Pero.. ¿Le has dicho algo?

Impresor
(afirmando)
Sí, pero solo se pone brava con mis advertencias.

Escena 4 – Visita del hijo 1

Hijo 1 había hecho un viaje de negocios a una ciudad cerca de donde vivía su mama y aprovecho a visitarla.
Hijo 1
(emocionado)
Mamá!

Anciana
(sorprendida)
Hijo que sorpresa!
Estaba de salida, pero entremos a la casa..
¿Quieres una copa de vino?

Hijo 1
Si mama gracias.
Te quiero decir que la casa se ve impecable y tú te vez tan llena de salud.

Anciana
Sí, estoy bien hijo.

Hijo 1
Mamá.. ¿Vamos a visitar la tumba de mi padre?

Anciana
No hijo, puedes ir solo..
Yo tengo cosas que hacer.




Escena 5 – Quejas del impresor

Los hijos estaban desconcertados y preocupados, ya que la anciana no mostraba algo de importancia hacia sus hijos ni hacia su padre, ya que no quiso ir a visitar la tumba de su esposo.

Hijo 1
(preocupado)
Mamá no quiso acompañarme a ver a nuestro padre

Impresor
(sarcástico)
Seguramente había ido a ver a su zapatero.
Hijo 1
¿Te pasa algo hermano?

Impresor
(molesto)
Si, mientras yo vivo en este cuchitril, con mi familia y solo tengo trabajo de cinco horas, un trabajo mal pagado, para colmo me volvió a dar asma, mientras que mama vive en ese caserón vacio completamente sola.
¿Tú que vas hacer?

Hijo 1
Bueno como mama ni se digno a invitarme a su casa aunque sea por un simple cumplido.. voy a pagar una habitación en un hotel.

Impresor
(pensativo)
Que distinta que esta mamá..
Antes nos hubiese invitado a su casa, así este abarrotada de gente, con tal de no gastar en una habitación.

Escena 6 – Siguiente reporte sobre la anciana

La anciana alquilo un break y se fue de excursión. Break era un coche de caballos de grandes ruedas y con sitio para toda la familia. Antes su esposo solía alquilarlo cuando iban sus nietos de visita y paseaban por toda la ciudad.
Impresor
(histérico)
La nueva actividad de mama fue alquilar un break e irse de excursión y después terminó en una ciudad más grande como a dos horas de aquí.

Hijo 1
¿Para qué fue allá mamá?

Impresor
En esa ciudad se iba a celebrar una carrera de caballos.
Estoy tremendamente preocupado, creo que mamá necesita ir a un médico.

Hijo 1
No creo que sea buena idea.

Impresor
(alarmado)
¿Cómo que no?
Ahora se le ha dado por llevar consigo una muchacha “semitarada”.

Hijo 1
¿Quién es ella?

Impresor
Es una muchacha que trabaja como ayudante de cocina,
en la fonda donde mama a veces va a comer.

Hijo 1
¿Y siempre anda con mamá?

Impresor
(molesto)
Si, mamá la lleva al cine y va a la casa de ese zapatero remendón, que de paso resulto ser social demócrata y se murmura que las dos se dedican a jugar cartas en la cocina con un vaso de tinto delante.

Escena 7 – hijo 1 se entera de ciertas actividades raras de la anciana

Era un día de verano e hijo 1 se entera de ciertos hechos raros que la anciana estaba haciendo.

Hijo 1
Impresor..
me acabo de enterar que mamá se levanta a
las tres de la mañana y pasea por las calles desiertas.

Impresor
(desconcertado)
No tenía idea

Hijo 1
Y no solo eso..
sino que el párroco que la fue a visitar con el caritativo
propósito de “hacer compañía a aquella pobre anciana en su soledad”..
mi mamá lo había invitado al cine.

La anciana no se sentía sola.
A casa del remendón concurría al parecer gente
muy alegre, que se divertía contando todo tipo de anécdotas.

Escena 8 – Muerte de la anciana

Era una tarde de otoño, la anciana estaba en su casa. Había ido al cine con la muchacha aquella noche, de modo que ella fue la última en estar con la anciana. Ella tenía sesenta y cuatro años al morir.
Muchacha
(triste)
Impresor tengo una noticia muy importante!

Impresor
(dudoso)
¿Qué paso?

Muchacha
Es sobre su mamá

Impresor
(alarmado)
Que paso!



Muchacha
(nerviosa)
Es que.. Su mama falleció en la tarde

Impresor
(desconcertado)
¿Qué?
¿Cómo?

Muchacha
Estaba sentada en su silla, junto a la ventana.
Nosotras en la noche habíamos ido al cine.


Escena 9 – Lecho mortuorio

Le habían hecho una fotografía para sus hijos. Muestra la foto una carita menuda con muchas arrugas y una boca grande de labios finos. Rasgos pequeños, pero de ningún modo mezquino.

Escena 10 – Las dos vidas de la anciana

Cuando la anciana no iba a la fonda, su comida consistía en unos huevos, un poco de café y sus galletas, sin embargo no podía faltarle su vaso de tinto. Mantenía la vivienda escrupulosamente limpia.
Por otro lado, sin que sus hijos se enteren ella hipoteco el caserón. Nunca se supo que hizo con el dinero. Seguramente de lo dio al remendón ya que después de la muerte de la anciana, el hombre se traslado a una ciudad más grande en donde abrió un taller más grande para calzado a medida.
Su primera vida fue como hija, esposa y madre y la segunda simplemente como la señora B, una persona sola, sin obligaciones. Había saboreado plenamente los largos años de servidumbre y los breves años de libertad, y consumió el pan de la vida hasta las últimas migajas.

Maria Cecilia Calero

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